Aldea Andina nos preparó un día de pura aventura: la excursión de Rafting fue inolvidable. Desde las 9 de la mañana, después de desayunar, todos estábamos preparados para emprender nuestro viaje hacia el Río Manso inferior. Era un día típico de verano, ideal para éstas actividades extremo. Las camionetas nos aguardaban en la entrada del hotel. Tuvimos que tomar la ruta 40, ex 258, hasta el km 60. De ahí, nos desviamos hasta el lago Steffen, donde nace el Manso Inferior.
Con nervios (¡ya no había vuelta atrás!), nos poníamos todo el equipo de Rafting, nos sacamos todos los elementos de valor que podían perderse o arruinarse. ¡Y listo! Las rafts-balsas ya estaba preparado en la orilla y, de a uno, nos subíamos...obvio, con la ayuda de los guías profesionales de rafting.
El viaje por agua empezaba, y los nervios se mezclaban con la adrenalina del momento. En cualquier instante, nos empezábamos a mover y mojar muchísimo. ¡Pero, a remar se ha dicho...!
"¡Dale que bajamos!": los gritos de excitación y diversión se hacían más fuerte cuando comenzábamos a descender por el Río Manso.
¡Una experiencia que volvería a repetir una y mil veces!
Retomamos el rafting después del almuerzo y seguimos por una hora más, divirtiéndonos. Descender, descender y descender era la consigna del Rafting. Lo hicimos bastante bien por ser la primera experiencia de todo el grupo.
Aquí estamos: una de las fotos más memorables del viaje a Bariloche.
Un lugar de descanso avalado por Columbia
